Los líderes escolares enfrentan el desafío de desarrollar las capacidades profesionales de sus equipos docentes para asegurar que todos los estudiantes adquieren las competencias para aprender a utilizar y aplicar lo que han aprendido. Para lograr los aprendizajes requeridos para el siglo XXI, necesitamos que también los profesores experimenten el aprendizaje profundo que buscamos en los estudiantes. Las comunidades de aprendizaje profesional son una estrategia de desarrollo profesional docente que posibilita que los éstos experimenten un proceso de aprendizaje y desarrollo profesional capaz de apoyarlos a ser más efectivos, flexibles y creativos en contextos de elevada complejidad.

Para potenciar el trabajo en comunidades de aprendizaje, los líderes escolares necesitan comprender cómo aprende la organización, y particularmente cómo aprenden los docentes. Este desafío precisa entender el aprendizaje docente como un proceso activo, situado, distribuido, que se construye socialmente, a través del tiempo, en la interacción con otros, y en el marco de una comunidad educativa.

Existen distintas estrategias concretas para constituir y potenciar comunidades de aprendizaje en escuelas y liceos, por ejemplo: compartir conocimiento entre los docentes, analizar instrumentos de evaluación y guías de aprendizaje de modo colaborativo, evidenciar niveles de aprendizaje por curso o nivel, entre otras. Sin embargo, estas estrategias por si solas no aseguran el éxito, es necesario que los líderes logren asegurar las condiciones para que los docentes puedan aprender en comunidades a través de la indagación de sus propias prácticas, la reflexión colegiada, el trabajo colaborativo, e incorporando estas acciones como una práctica colectiva y sistemática, cuyo foco este en impactar en el aprendizaje de todos los estudiantes.