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Romina Fumey: La importancia del diagnóstico en una institución educativa

 11 Dic 2019      Categorías:  Comunidad , Entrevista

Romina lleva años como directora en diferentes instituciones. Antes de llegar al Liceo Tajamar, ubicado en Providencia, estuvo a cargo del Liceo Dr. Roberto Humeres Oyaneder, establecimiento emblemático de la comuna de San Felipe.

Al asumir en ambos colegios, Romina se destacó por comenzar a trabajar con base al diagnóstico, herramienta clave para enfrentar el desafío de una nueva dirección, lo que le ha permitido identificar y desarrollar acciones que buscan la mejora de sus establecimientos.

¿Qué instancias o acciones, de tu experiencia anterior, has podido “replicar” en el Liceo Tajamar de Providencia?

Lo primero que repliqué fue la entrevista con la comunidad educativa, es decir con funcionarios/as y el centro de estudiantes. La entrevista tiene un formato muy libre, que pregunta por fortalezas del colegio, qué cosas se podrían mejorar y cómo se siente la persona en la institución. Con esas tres preguntas clave se genera una conversación, se rompe el hielo de la llegada de uno, como un "nuevo líder", y se permite hacer la primera visión general.

La segunda acción, que fue realizada de manera idéntica al caso de San Felipe, fue hacer un trekking con todos los funcionarios/as, su objetivo fue fomentar el trabajo colaborativo y entender qué es. El trekking tenía estaciones con actividades que solo puedes hacer colaborativamente.

Otra actividad que pude replicar, fue instaurar una unidad de sistematización de resultados (que en realidad es una persona), para poder generar encuestas o transformar ciertas acciones en resultados numéricos y datos duros que me permitan a mí, un mayor entendimiento del contexto escolar.

¿Cuál ha sido la principal diferencia que has notado entre un establecimiento y otro?

Hay grandes diferencias. El liceo de San Felipe era un establecimiento emblemático para la comuna, que estaba al borde del cierre porque estaba categorizado como insuficiente. Tenía capacidad para mil estudiantes y tenía 160 cuando yo lo recibí el 2014. Gran parte de ellos practicaban el microtráfico de drogas, de distintas sustancias como pasta base y marihuana, y había violencia, incluyendo armas blancas.

En cambio, tú llegas a Providencia y la matrícula es de mil estudiantes, todas con un solo norte: llegar a la universidad, porque es un colegio 100% científico-humanista, a diferencia de San Felipe que era científico-humanista, con muy pocos estudiantes, y técnico profesional, el cual era su fuerte. Ahí ya hay una diferencia con el "norte del futuro". En el Tajamar te encuentras con alumnas que no solo les preocupan sus notas, sino que también les preocupa, en demasía, su opinión frente a lo que está pasando en la sociedad, a diferencia de lo que ocurría en San Felipe.

El denominador común que yo puedo ver ahora, entre ambos establecimientos, es que las estudiantes del Liceo Tajamar tampoco vienen de una familia acomodada de la comuna. Yo tengo estudiantes que vienen de Quinta Normal, Cerro Navia, Puente Alto y Quilicura, que están buscando una educación que creen que en sus comunas no les entregan. 

¿Por qué es tan relevante el diagnóstico al llegar a una institución?

Es imposible, y soy categórica en esto, empezar a liderar un establecimiento educacional si no tienes claro cómo se encuentra. No puedes empezar a improvisar, tienes que conocer a la comunidad educativa, debes conocer sus fortalezas y las cosas que necesitan mejora. Si no haces eso, y empiezas a actuar según lo que tú crees, piensas o manejas, o según los "siempre" y los "nunca" de la institución, no vas a lograr un objetivo pedagógico.

¿Cómo recomiendas desarrollar este diagnóstico?

Yo creo que el primer paso es hacer una entrevista muy simple, de tres preguntas, que tenga una representación del 40-50% de los actores de la comunidad, donde tú puedas preguntar por las fortalezas de la institución, qué cosas se podrían mejorar y cómo se ve ese funcionario/a o estudiante en el establecimiento. Eso ayuda a generar una guía de ruta de qué hacer el primer año, para luego el segundo tomar acciones y decisiones. Se debe trabajar un año en torno a este diagnóstico y luego -a final de año- puedes plantearte las acciones, de manera colaborativa y en conjunto con la comunidad, para realizarlas el siguiente año. 

 

La colaboración como base para la búsqueda de la mejora escolar

El equipo directivo del Liceo Tajamar es integrado por la directora, el jefe de UTP y dos inspectoras, una para la jornada de la mañana y otra para la tarde. Por su parte, el equipo de gestión está compuesto por una evaluadora, una curriculista, una sistematizadora de resultados, una encargada SEP (Subvención Escolar Preferencial), dos orientadores, un encargado de convivencia y otro del área administrativa.

“Para mí el corazón de un establecimiento educacional es el UTP, lejos. Medio peldaño más abajo, el departamento de convivencia escolar, ellos son el corazón. El sustento son las inspectorías generales y -en este caso- yo”, menciona Romina.

En cuanto a los roles de cada uno/a dentro del establecimiento, añade que “cuando yo llegué a Providencia los orientadores actuaban por un lado y convivencia escolar por otro, y eso no puede ser. Me ha costado que tomen los casos y busquen las derivaciones pertinentes, entre ambos”.

En el caso del jefe de UTP, hace hincapié en que ella debe contar con el apoyo de un curriculista y un evaluador, ya que esto le permite fortalecer su labor y acompañar, de la mejor manera, a los y las docentes del establecimiento.

Romina recomienda considerar estos aspectos para potenciar el trabajo del departamento en una institución educativa, ya que “hay que hacer seguimiento a los estudiantes, y eso cuesta mucho que se entienda. Por eso, hay que fortalecer esa área y porque el profesor necesita una guía, de cómo vamos cambiando y dando paso a una evaluación diversificada, que sea en el aula y que no sea, necesariamente, una prueba”. Tal como indica el decreto 67 -que entra en vigencia el 2020-, orientado a la promoción de procesos de evaluación con un fuerte sentido pedagógico (https://www.curriculumnacional.cl/614/articles-89350_archivo_01.pdf).

 

Situación actual, avances y proyecciones

¿Cuáles han sido las prioridades que han venido trabajando desde que llegaste?

En la parte de los y las funcionarias, las prioridades en el Tajamar tienen que ver con fomentar el trabajo colaborativo y mejorar las reuniones del docente, que eran administrativas y no tenían un foco pedagógico. Eso, y el acompañamiento al profesorado.

Con el estudiantado se ha fomentado mucho dar los espacios para que puedan expresarse, hemos desarrollado actividades como el 8 de marzo (día de la mujer), la conmemoración del 11 de septiembre, del día del trabajador/a, además de simposios de formación ciudadana y seminarios de género. Hemos hecho actividades culturales donde las estudiantes son las protagonistas. Por ejemplo, tenemos 30 niñas que pertenecen al movimiento anarquista y ellas rayaban los baños. Entonces, generaron un proyecto para convertir los baños en murales y los pintan ellas mismas, ahora no se rayan más porque se plasmó una intervención artística. Me centré en que ellas confiaran en que tienen garantizado ese espacio crítico y reflexivo, tal como aparece en la misión del liceo.

¿Has podido observar cambios positivos dentro de la comunidad educativa, a partir de las acciones implementadas desde tu llegada?

Sí, el mejor ejemplo es que los funcionarios/as se van acercando de a poco a conversar con uno, van perdiendo el miedo de plantear proyectos y han desarrollado algunos muy interesantes, en diversas áreas. Con las estudiantes es difícil, yo no te podría decir que este año logré una conexión, pero sí conseguimos grandes negociaciones. Por ejemplo, el año 2018 hubo dos meses y medio de toma; ahora tuve solo cuatro días.

Hay diálogo, hay negociación, creo que la raya para la suma es que nos estamos conociendo como comunidad, yo aprendiendo de todos/as y ellos/as entendiendo que este nuevo liderazgo es totalmente participativo y no punitivo. 

Según tu perspectiva, ¿cuáles son los principales desafíos que tienen, como comunidad educativa, para los dos próximos años y cómo planificas enfrentarlos?

No voy a ser tan proyectista, porque con el estallido social estamos trabajando en el día a día, así que me voy a centrar en el próximo año. Yo creo que vamos a tomar las encuestas de evaluación de los procesos que hemos realizado con los profesores para ver las mejoras. Con las estudiantes espero seguir fortaleciendo los lazos, y hacer los cambios que se requieran, para ello.

¿Qué consejos le darías a otros equipos directivos que estén enfrentando procesos de cambio para la mejora escolar en sus instituciones?

Mi recomendación es, primero, siempre mantener la calma. Los procesos de cambio no son de un día para otro, la frustración es algo que hay que eliminar. Acá se trabaja con personas y todas somos reticentes a los cambios. El proyecto educativo te tiene que hacer sentido, debes creer en lo que quieres lograr y eso tiene que ser transmitido en la comunidad, porque un profesor o funcionario puede “seguir una orden”, pero si le hace sentido lo que le dices lo va a hacer convencido. El cambio va a nacer desde la creencia, el sentimiento y no desde la orden. 

¿Qué consejo le darías, directamente, a una directora nueva o a la Romina que por primera vez enfrentó el cargo de dirección de un establecimiento hace algunos años?

Cuando uno asume por primera vez está muy ansioso/a, quiere lograr todo, que todo el mundo le comprenda y que todos/as se alineen, y eso nunca va a pasar. Hay que bajar los niveles de ansiedad, hay que comprender que no todo el mundo se va a alinear con el proyecto, pero sí van a ir dando pequeños pasos. Hay que valorar esos avances, cuando lo haces te das cuenta de que se puede lograr, siempre a largo plazo, pero se puede lograr.

La Romina ansiosa del 2014 ya no existe, existe esta, una directora mucho más calmada, que a veces tiene sus escapes, pero que tiene un norte y ese es trabajar con todos y todas.

Una respuesta a “Romina Fumey: La importancia del diagnóstico en una institución educativa”

  1. Felicitaciones por la madurez profesional reflejada en sus palabras estimada Romina, sin duda un gran desafio él que lidera hoy y lidero antes. Un recorrido lleno de aprendizaje pero por sobre todo madurez que se va reflejando en las distintas acciones y como visualiza la institución. Sin duda realizará un gran trabajo tal como lo hizo en San Felipe. Concuerdo plenamente respecto a los niveles de ansiedad y expectativas que invaden a un director por primera vez y en ocasiones la soledad del cargo sobre todo frente a la toma de decisiones relevantes y difíciles en una institución educativa, pero cuando ya se tiene experiencia podemos poner lo mejor de nosotros al servicio de los establecimientos que lideramos. Saludos.

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